Finca Munoa




Ayer ya dijimos que hoy volveríamos sobre la Finca Munoa en Barakaldo… Pues bien..

La finca se levanta sobre la ladera que separa los barrios de Cruces, Lutxana y Burtzeña, rodeada de imponentes árboles, 625 árboles y arbustos de un centenar especies diferentes. Galerías de tilos, robles americanos, catalpas y palmeras rodean el equipamiento, que dispone asimismo de bosquetes de acacias, chopos, plataneros y magnolias repartidos estratégicamente. Todo crea una sensación de misterio y nostalgia de tiempos mejores. Hoy abandonada y propiedad del Ayuntamiento de Barakaldo.

En 1860 Don Juan Echevarría la Llana (1803-1881), uno de los fundadores del Banco de Bilbao y alcalde de la Villa de Bilbao (1843, 1846), manda levantar la finca como residencia familiar. Como ha ocurrido siempre, la residencia pasó en herencia a sus familiares hasta que Rafael Echevarria Azcárate la compró a sus hermanos.

Rafael estuvo casado con Amalia Echevarrieta, el matrimonio, también fue dueño de la finca de la Concepción en Málaga. Muerto Rafael, la viuda Amalia lo dejó en herencia a su familia Echevarrieta, excluyendo a sus sobrinos políticos los Echevarría, quedando la finca en manos de Rafael, Juan Antonio, Horacio, Coste, José María y Amalia Echevarrieta Madaleno. Finalmente fue Horacio Echevarrieta Mauri (1870-1963), empresario vasco entre otras muchas cosas, naviero, propietario de minas, fundador de la compañía aérea Iberia y procurador a cortes por el partido socialista, quien adquiere la finca y lo convierte en su residencia familiar y fortaleza junto a la residencia de Punta Begoña en Ereaga (hoy desaparecida la residencia, no así las galerías que “cerraban” el recinto).  

El palacio se remodela en 1916 por el arquitecto bilbaína Ricardo Bastida quien le da un toque de palacio afrancesado. Y en 1918 se construye el edificio anejo destinado  las cocheras y el acceso de la parte trasera del edificio, siendo increíblemente, su entrada principal por el lado de Burtzena. La finca tiene una superficie de 64.652 metros cuadrados, y Don Horacio Echevarrieta la fortificó mediante un gran muro de cerramiento. 

El valor histórico del palacio es importante ya que esta incluido en el catálogo local de inmuebles a preservar, considerándose uno de los edificios más valiosos «desde el punto de vista artístico y arquitectónico».


La suerte de este palacete tiene pinta de ser como la que corrió el palacio de la Concepción en Málaga, también finca de veraneo de la familia Don Juan Echevarria la Llana. De momento, el Ayuntamiento de Baracaldo permite visitar los jardines, contemplar el palacio, deslumbrarse con las Aventuras de Don Quijote dibujadas en los bancos de los jardines… Entra, disfruta, juega y sobre todo, saborea el esplendor de familias importantes de Bilbao.. Otro episodio será la figura de Don Horacio Echevarrieta..

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